viernes, 28 de noviembre de 2014

Fly & Surf

Una de las mejores cosas que te da el surf (y el windsurf, el kitesurf y lo que se te ocurra con viento y olas) es el interés que te despierta en viajar y conocer mundo. Porque nunca hay dos olas iguales, ni dos días iguales, ni dos mares iguales, aún estando en la misma playa. Las condiciones cambian en cada spot, y eso produce infinitas combinaciones, infinitas olas distintas, infinitos días de levante...

Esta última tabla que he diseñado es especial: ha sido un encargo de una gran amiga, que ha confiado en mí para hacer un regalo a un buen compañero suyo que ama el surf. Su destinatario está en Bélgica, pero su próxima parada es Australia, y no será la última.

Me apetecía poner un trozo del mundo debajo de su brazo, en su tabla, para que cada vez que entre al mar, recuerde de algún modo cada sitio en los que ha surfeado.

Os dejo imágenes del resultado. Realizada en colaboración con Backside.